Jueves 31 de julio de 2025

Caputo pide “paciencia” al campo y patea la eliminación de retenciones para más adelante

El ministro de Economía volvió a prometer que se eliminarán las retenciones, pero sin plazos concretos. En campaña, Milei había asegurado que lo haría de inmediato. Ahora apelan a la “confianza” mientras el agro sigue esperando.

Martes 22 de julio de 2025

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El ministro de Economía, Luis Caputo, lanzó un nuevo mensaje al campo, pero sin novedades concretas: pidió “confianza y paciencia” y prometió que las retenciones a las exportaciones agropecuarias serán eliminadas durante la presidencia de Javier Milei, aunque sin precisar cuándo.

“Eliminarlas es una obsesión para este gobierno”, escribió Caputo en redes sociales. Sin embargo, el mensaje suena más a excusa que a anuncio: durante la campaña, Milei había prometido acabar con las retenciones desde el primer día, una promesa que quedó postergada indefinidamente.

El mismo libreto: excusas y promesas

Caputo justificó la demora señalando que “no se arreglan tantas décadas de desastres en un año y medio”. También afirmó que el campo es el sector “por el que más cosas ha hecho este gobierno”, al enumerar medidas como la baja de aranceles, la eliminación de retenciones para algunas economías regionales y el fin del Impuesto PAIS para ciertos insumos.

Pero más allá del discurso, las retenciones siguen vigentes para los principales productos del agro, y no hay señales firmes de que vayan a eliminarse a corto plazo. Mientras tanto, los márgenes de rentabilidad del sector se achican, y el impacto de la inflación sigue sin respuestas estructurales.

¿Un campo agradecido o frustrado?

El ministro asegura que “el agro va a crecer mucho y esta vez lo hará por muchos años”, pero los hechos dicen otra cosa: el Gobierno mantiene el esquema tributario que juró desmantelar, y ahora pide paciencia a los mismos productores que escucharon otra cosa en campaña. 

“No tengan dudas de que las retenciones se van a ir durante la presidencia de Milei”, insistió Caputo. Pero sin fecha, sin plan, y con la credibilidad ya golpeada, el mensaje suena a promesa reciclada.