Martes 4 de noviembre de 2025

El Vaticano da un paso clave para que el Negro Manuel sea beato

La Santa Sede reconoció la validez del proceso iniciado en Argentina por la beatificación del esclavo africano que custodió la imagen de la Virgen de Luján en el siglo XVII. Su historia, marcada por la fe y la devoción, sigue conmoviendo a los peregrinos.

Jueves 23 de octubre de 2025

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El Vaticano aprobó la validez jurídica de la documentación presentada en la causa de beatificación del Negro Manuel, el esclavo africano que fue custodio de la Virgen de Luján en el siglo XVII. La decisión fue comunicada por el Dicasterio de la Causa de los Santos, que validó el proceso iniciado en la Arquidiócesis de Mercedes-Luján.

“Este paso significa que todo lo realizado en la fase diocesana ha sido aprobado por la Santa Sede”, informó el Arzobispado de Mercedes-Luján en un comunicado oficial. Desde la arquidiócesis destacaron que el avance de la causa representa “un signo de esperanza para toda la Iglesia que peregrina en Mercedes-Luján y en la Argentina”.

El texto también agradece el trabajo del padre Guillermo Durán, procurador de la causa, y de Geraldine Mackintosh, postuladora en la fase romana. Tras la finalización del proceso diocesano, la documentación fue enviada a Roma el 21 de marzo de 2025.

El siguiente paso será la aprobación por parte del Papa del decreto que reconozca las “virtudes heroicas” de Manuel Costa de los Ríos —su nombre completo—. Luego, será necesario el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión para avanzar hacia su beatificación.

La arquidiócesis habilitó además un correo electrónico ([email protected]) para recibir testimonios, agradecimientos y pedidos relacionados con el Negro Manuel.

Originario de la región africana conocida entonces como Guinea Superior, Manuel llegó al Río de la Plata como esclavo. En 1630, mientras trabajaba en las tierras del militar Bernabé González Filiano, presenció el milagro que dio origen al culto de la Virgen de Luján, cuando una carreta con su imagen se detuvo misteriosamente en su recorrido.

Desde ese momento, Manuel fue designado custodio de la imagen y dedicó su vida al servicio del santuario y de los peregrinos. Con el tiempo, fue liberado y continuó sirviendo voluntariamente, definiéndose con una frase que quedó grabada en la historia: “Soy de la Virgen nomás”.

Murió en 1686, tras más de medio siglo al cuidado del santuario. Su cuerpo fue enterrado detrás del altar mayor de la basílica, donde hoy miles de fieles siguen venerando a la patrona del pueblo argentino.