Jueves 31 de julio de 2025

Milei abre las importaciones y se apagan las máquinas: Cierra parte de Mauro Sergio

Textilana achicó su producción y echó a casi la mitad de su personal. Ya cerraron 68 pymes textiles este año y el sector habla de una crisis estructural empujada por la apertura importadora del Gobierno.

Martes 29 de julio de 2025

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El derrumbe del consumo y la ola de importaciones empieza a cobrarse víctimas directas en la industria nacional. La histórica firma Mauro Sergio, ícono de la producción textil marplatense, despidió a 150 trabajadores y redujo su producción un 20%. La empresa Textilana S.A., propietaria de la marca, inició un proceso de ajuste que deja al descubierto una realidad más profunda: el modelo económico de Javier Milei está asfixiando a la industria local.

Fundada en los años 70, Textilana supo ser un símbolo de integración productiva, generando empleo y valor agregado desde el hilado hasta la prenda final. Hoy, con más de 200 empleados menos, sobrestock, salarios impagos y operarios presionados a renunciar, atraviesa una de sus peores crisis. Los gremios denuncian despidos sin indemnización y una situación insostenible para quienes aún siguen en planta.

El avance importador que vacía talleres

El caso Mauro Sergio no es aislado. Solo en los primeros cinco meses del año, las importaciones de indumentaria crecieron un 136%, alcanzando un récord de US$ 1.572 millones, según la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA). La ropa del exterior, muchas veces ingresada con dumping, llega a un costo promedio de US$ 5,67 por kilo, lo que vuelve imposible competir a nivel local.

El resultado: 68 pymes textiles cerradas en lo que va de 2025, más de 4.000 empleos perdidos y una capacidad industrial ociosa del 60%. En el conurbano bonaerense, más del 40% de la maquinaria está parada. La tormenta pega con fuerza en toda la cadena textil, desde talleres familiares hasta fábricas históricas.

“Premian a China y castigan al trabajo argentino”

“El daño puede ser estructural si no se actúa ya”, alertó Camilo Kahale, presidente de FEBA. En la misma línea, el titular de la Asociación Obrera Textil, Hugo Benítez, apuntó directamente al Gobierno nacional: “Cuando se bajan aranceles y se libera la importación, se está premiando a las fábricas chinas y dejando en la calle a miles de trabajadores argentinos”.

El sector textil emplea a más de 530.000 personas, el 69% mujeres, y nuclea a 24.000 empresas en 17 provincias. No es solo una actividad económica, sino una red de empleo, desarrollo territorial y generación de valor agregado. Pero el primer trimestre de 2025 fue lapidario: 5 de cada 10 empresas vendieron menos que el año pasado, con una caída promedio del 5%, según la Fundación ProTejer.

Soberanía productiva o dependencia importada

La historia de Mauro Sergio refleja el drama de muchas otras fábricas: la de un país que, en nombre del “libre mercado”, resigna su aparato productivo. La pregunta de fondo no es si la ropa importada es más barata, sino qué país queda cuando se apagan las máquinas, se vacían los talleres y el trabajo nacional se vuelve descartable.

Si no se revierte el rumbo, lo que se pierde no es solo una marca, sino la posibilidad de sostener una soberanía industrial que garantice empleo, desarrollo y futuro.